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lunes, 19 de agosto de 2013

¿Vincho Castillo y sus hijos ya no convenían en la estrategia de Báez Figueroa?

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Ramón Báez Figueroa consiguió su libertad condicional con Santiago Rodríguez Tejada como abogado, y no con Marino Vinicio Castillo, Juárez Castillo o Vinicio Castillo, que fueron sus abogados desde que se inició el proceso judicial, y que le acompañaron en la estrategia de impugnar a la autoridad monetaria y a Hipólito Mejía, además de hacer la guerra a todos los que cuestionaron el fraude bancario.
La pregunta es pertinente: qué pasó con Ramón Báez Figueroa, que pagó sumas multimillonaria en dólares a sus abogados, lo que nunca ha sido revelado, pese a los elementos fiscales que tiene, que ahora, cuando decidió pedir la libertad condicional bajo fianza, quiso ser representado por Santiago Rodríguez Tejada, quien previamente había sido el abogado de Arturo Pellerano, imputado por el fraude en el Bancrédito, y que resultó absuelto luego de un complicado y enmarañado proceso judicial.

¿Terminó el contrato de representación de  los Castillo a Ramón Báez Figueroa en los aspectos penales y civiles? ¿Cuándo terminó ese acuerdo? ¿Cuánto pagó finalmente el banquero a sus abogados de la oficina Castillo SA? ¿Es la libertad condicional bajo fianza el único logro judicial de Ramón Báez Figueroa en los últimos cinco años? ¿Desde cuándo Báez Figueroa entendió que la oficina de abogados de los Castillo ya no representaba sus intereses?
La sentencia del juez de la Ejecución de la Pena, de San Cristóbal, Willys de Jesús Núñez Mejía, da cuenta de que apenas fue un solo abogado que representó al banquero, sin auxiliarse de ninguna estrategia de ataque en los medios de comunicación, sin denigrar al público que le adversaba, y con la no oposición de los abogados del Banco Central. La estrategia de choque llevada a cabo por Báez Figueroa durante los últimos años, y ejecutada por sus abogados los Castillo, condujeron al banquero a quebrar muchas relaciones personales y de negocios que conquistó en el pasado.
Desde que salió de la cárcel, en el primer twitter de su cuenta recién creada, Báez Figueroa dijo claramente que venía con una estrategia diferente frente a la opinión pública. Pedir perdón y reconocer sus errores, e integrarse a trabajar, ahora sin la presencia de sus abogados tradicionales. Escribió Báez Figueroa: Gracias a la justicia dominicana, porque ahora soy libre, gracias al todopoderoso hoy se abre una nueva luz en mi vida.
Báez Figueroa no tuvo inconveniente en reconocer que violó las leyes penales, que se siente arrepentido, que analizó sus actuaciones estando en la cárcel y que tiene deseos de reivindicarse, de pedir perdón y de que se le permita reintegrarse a la sociedad.
No es eso lo que recomendaron sus abogados principales, los Castillo, cuando le defendieron con ataques a todo el mundo. Lo cercaron de enemigos, le sumaron odio y rabia de una sociedad que se sintió estafada. Y Dijeron sus abogados que las leyes violadas por Báez Figueroa fueron las mismas que todos los demás bancos violaban, que si él era culpable los demás banqueros también eran culpables. Sobre esa hipótesis acusaron a todo el sistema financiero y le granjearon la enemistad y el odio del país, incluyendo el de políticos, economistas, intelectuales, el cuerpo diplomático, las autoridades monetarias.

¿Cuándo fue que Báez Figueroa entendió que escogió mal la estrategia de defensa? Eso tendrá él mismo que revelarlo, en su proceso de reintegración, porque a partir de ahora tendrá que desandar los pasos que le han convertido en uno de los hombres más rechazado del país. Obvio que sus abogados fueron importantes en ese rechazo a Báez Figueroa, porque fueron ellos los que utilizaron los medios de comunicación para denigrar, atacar, valerse de la presión al propio sistema judicial, colocando el principal diario del país en una situación de boletín de defensa, en ocasiones nauseabundo, rompiendo todos los límites del periodismo.
El testimonio de Báez Figueroa, independientemente de que sea sincero o no, dice al juez algo que rompe con lo que los abogados Castillo impulsaron y recomendaron a Báez Figueroa, cobrando una gran cantidad de dinero por esos consejos y por la defensa. Que está arrepentido.
“Fui condenado a 10 años de prisión, tengo 5 años y nueve meses recluido; estos años que he permanecido en prisión en mi vida me han incidido en forma positiva, el aprendizaje ha sido grande, sobre todo que me ha enseñado a reconocer mis errores, y me han convertido más en un hombre de fe; he aprendido también que lo espiritual está por encima de lo material, mi relación con mi familia es excelente, todos están aquí, han sido el soporte en todos los aspectos de mi vida” .
Y en especial brinda testimonio sobre su relación con la autoridad monetaria y financiera, como víctima en este caso. Esa autoridad monetaria fue acusada de todas las formas posibles por sus abogados, hasta en su intimidad fueron agredidos, en especial Héctor Valdez Albizu y Rafael Camilo, dos hombres importantes en el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana.
Varios procesos de impugnación contra las anteriores autoridades y las que siguieron los procesos en los gobiernos del PLD fueron iniciadas por Báez Figueroa aconsejado por sus abogados los Castillo. Y entre los involucrados, incluso para interrogatorios, estaban empresarios, banqueros y personalidades que se negaban a acudir a un tribunal sin que hubiese justificación para ello.
Báez Figueroa dice ahora al tribunal de la ejecución de la pena lo siguiente:  Mi relación con la víctima ha sido buena tanto con el Banco Central así como con la Superintendencia de Bancos de la RD y la Comisión de Liquidación Administrativa del Banco Intercontinental, hemos cooperado con ellos desde el principio bajo ninguna condición y creo que esto ha hecho posible que podamos arribar a ciertos acuerdos, la relación ha sido excelente; hemos estado de acuerdo y hemos cooperado desde el principio y creo que eso ha hecho posible que podamos arribar a ciertos acuerdos; me siento arrepentido, vamos a recomenzar partiendo del hecho de que cuando usted reconoce y se declara culpable de esa falta entonces ahí comienza el arrepentimiento; pienso que soy merecedor de que se me conceda la libertad condicional: primero antes que nada hemos tenido una conducta sino muy buena, excelente; el día que entré a prisión los muchachos de la celda me preguntaron que qué yo opinaba y le dije que a partir de ese día yo no volvía a hablar más, que estamos llegando al recinto de Najayo a cumplir nuestra pena y que íbamos a hacer como lo había mandado la sociedad; en todo ese tiempo hemos tratado con humildad y con respeto a esa sociedad que nos condenó, a respetarla y guardar un comportamiento de acuerdo a las circunstancias”.
No es eso lo que se pudo ver del Ramón Báez Figueroa defendido por los abogados de la Oficina Castillo, sino un cliente enfadado, altanero, dispuesto a pelearse con todo el mundo para demostrar que no había cometido los hechos que se le imputaban. Sus abogados amenazaron con publicar varios libros, y hasta llegaron a elaborar un libro sobre el sistema financiero dominicano y la forma fraudulenta en que supuestamente se comportaba, para favorecer a Báez Figueroa.
En su exposición al tribunal Santiago Rodríguez Tejada afirma lo siguiente:  “Ahora, hay un punto que es quizás el más importante magistrado…el arrepentimiento del interno”.
El abogado notario de la declaración jurada de Báez Figueroa fue Héctor Eduardo Díaz, conocida Figuera del derecho y uno de los más conspicuos dirigentes de la Fundación de los Héroes del 30 de Mayo, hijo de Juan Tomás Díaz, uno de los hombres responsables del ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Si se compara, se entenderá que la oficina de los Castillo es precisamente la de uno de los defensores de Trujillo y uno de los hombres que condenó con vehemencia a los héroes del 30 de mayo, defendiendo, aún después de ajusticiado, las supuestas virtudes inmaculadas del tirano. Y Báez Figueroa escogió a Eduardo Díaz para que lo defendiera, pues Santiago Rodríguez Tejada, más conocido como Chago, fue quien lo representó.
Fuente: acento.com.do

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