Debemos olvidarnos de esperar protección de la policía y los militares. Tenemos que cuidarnos nosotros mismos y procurar depender lo menos posible de las autoridades. Primero porque son demasiado lentas. Segundo, porque son meramente reactivas, jamás proactivas. Tercero, porque cada día más, se hace difusa la línea que separa a los policías de los delincuentes.
Algunos simples consejos que sugiero a todos.
No andes con los cristales del auto bajitos. Si tu vehículo tiene el acondicionador de aire dañado, métete en un lío y arréglalo. Y si no puedes, al menos no bajes los cristales totalmente. 5 pulgadas (una cuarta) bastan para refrescarte, y al menos le imposibilitarás a los ladrones meter el cuerpo fácilmente.
Mira a todas partes continuamente. Es mucho mejor que pases por paranoico y sospechar hasta de la sombra que confiarte y ser emboscado por un grupo de fascinerosos.
Si te asaltan, no opongas resistencia. Quizás si Kaisha les daba la cartera, todavía estaría viva y su historia sólo sería un asalto con pérdida del celular y las tarjetas (todo lo cual se reporta como robado y se convierte en inútil). No trates de ser guapo. No creas que las clases de Karate te harán más rápido que una bala o un puñal por la espalda.
Al llegar a tu casa, mira todo el entorno cuidadosamente desde la calle. No entres al parqueo sin cerciorarte de que no hay extraños “por casualidad” sentados frente a la acera o en un auto desconocido. Si ves algo raro, no entres, sigue de largo, llama a tu casa, a un vecino o simplemente da una vuelta.
No andes nunca por calles a oscuras, enciende las luces altas si hace falta. En calles poco iluminadas, los maleantes se esconden más fácil.
Nunca te detengas si te chocan en un lugar solitario o de noche. Es un viejo truco para que te detengas a discutir. Simplemente no te detengas, y si los del otro auto insisten, busca un destacamento policial o un policía.
No andes solo (y especialmente, mujeres, solas) sin necesidad.
Nunca retires dinero de cajeros automáticos sin vigilancia (especialmente los de autocajas). Procura cajeros con iluminación y lugares públicos y concurridos.
Guarda el jodido celular. Uno de los robos más comunes es el de celulares. Afortunadamente no es mucho lo que logran hacer con un celular robado (sea Blackberry, iPhone o karavelita).
Cuando llegues a tu casa, ten las llaves de la puerta a mano. No pierdas tiempo buscándolas mientras te expones a que te den un tumbe.
No saques ni introduzcas nada en el baúl del auto si vas a un sitio desconocido. Eso alerta del contenido del bául.
Usa el sentido común. No alardees de tus posesiones. No exhibas joyas vistosas. No descuides tus pertenencias (en especial cámaras fotográficas, laptops, iPads y demás yerbas).
Habla con todas las personas de tu casa, y adviérteles de los ladrones que llaman y simulan que te ha pasado algo.
Fuente: 40limon.es
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