Por : Virgilio Gautreaux P.
Todo este proceso de concentración extrema del poder y de las decisiones más importantes del país en la élite política de la capital, ha traído-entre otros resultados-una abultada cantidad de Vice-ministros, Directores Generales, Supervisores, Ministros sin Cartera, Ayudantes con rango ministerial, Superintendencias y otras formas de jerarquías, a las cuales hay que buscarle funciones y “líneas de mando”. Esto ha provocado que atribuciones que anteriormente desempeñaban los funcionarios regionales y provinciales, ahora lo desempeñe este nuevo ejército de ejecutivos con pocas funciones. Esto se traduce en pérdida en la capacidad de acción del funcionariato local.
Esta rígida estructura vertical, provoca embotellamientos y restan autoridad a quienes deben acudir a la ciudad capital a gestionar recursos o la aprobación de determinado programa. Los altos funcionarios no los reciben y muchas veces reciben un trato hostil (casi vejatorio) de secretarias y mandos medios de los Ministerios. En este escenario y ante la pérdida paulatina de autoridad del funcionariato barahonero, que los jerarcas capitalinos toman un conjunto de decisiones sin consultarlos.
De esa forma, nuestro puerto es entregado a cualquiera que se aparezca con una botija de cuartos en los despachos de la autoridad Portuaria Dominicana (APORDOM). Ya una vez fue “arrendado” el muellecito cercano al del Cayo para una desguazadora de barcos viejos. Barahona se levantó y el proyecto se detuvo. En otra ocasión para que alguien “se ganara” unos cuartos APORDOM inició la construcción de un muro que impediría a los barahoneros ver su paisaje.
También se le detuvo. Ahora le “arriendan” el famoso muellecito a CEMENTOS ANDINO, por 10 años renovables que pudieran llegar a los 40 años. Si este descabellado acto se ejecuta, el entorno al muelle se convertiría en un gigantesco parqueo de polvorientas y ruidosas patanas. La carretera desde la ciudad de Barahona hacia Villa Central sería circulada por vehículos pesados manejados por conductores imprudentes.
Además del riesgo para transeúntes y vehículos, detrás de la “parada de camiones” vendrán los tarantines, bares y tigueraje, que contaminarían para siempre el área bajo la influencia del nuevo Boulevard que se construye actualmente. Un elemento relevante es que los muelles de Barahona son de todos nosotros de los barahoneros y las barahoneras. El dinero de los arrendamientos nadie sabe donde carajos va.
Es decir, cosas nuestras producen un dinero que nadie sabe su destino, mientras tanto los muelles se están cayendo a pedazos, llenos de peligrosos hoyos, sin iluminación alguna, deteriorándose vertiginosamente. El dinero de los arrendamientos de los muelles debiera quedarse en Barahona para reparar dichas instalaciones y otras obras de desarrollo comunitario (bancos, parador, ayuda a los viejos marinos mercantes y estibadores, financiar becas cortas, etc).
Estos fondos pudieran ser administrados por una entidad colegiada encabezada por las iglesias de Barahona y entidades comunitarias de la Sociedad Civil (Club Rotario, Club de Leones, Clúster Ecoturístico, Alianza para el Desarrollo Sosteniblede Barahona y ASOEBA, entre otras). La pérdida de autoridad local se extiende con las acciones de la llamada “Inmobiliaria” del Consejo Estatal de Azúcar. Esta “empresa” está vendiendo la tierra que nos pertenece a todos los barahoneros, al mejor postor.
Nadie sabe qué cantidad de terreno se ha vendido, sus precios y mucho menos dónde ha ido a parar el dinero que “nuestras tierras” han producido. Puede ser que muchos terrenos con vocación turística o productiva estén en manos de especuladores y aventureros vinculados a jerarcas del anteriormente emporio azucarero.
También puede ser que angurriosos especuladores inmobiliarios hayan hecho coca a la parte más rica de este patrimonio barahonero. Recordemos que mientras muchos creemos que los terrenos del viejo aeropuerto son propiedad pública, ya muchos por detrás “han comprado” parte de estos terrenos. No bien nos enteramos de estas cuestiones, leemos que en el litoral costero barahonero, EN EL IV POLO TURÍSTICO !!!!! se instaló una grancera cerca de la entrada del camino de Santa Elena, que además contaba con “los permisos” correspondientes para desguazar y destruir toda la zona circundante.
La contundente respuesta barahonera al parecer detuvo este criminal proyecto, pero aún los “inversionistas” están aguardando algún descuido de la comunidad barahonera, para darle un zarpazo a litoral costero barahonero y a su hermosa foresta. Quienes visitamos ese divino lugar llamado San Rafael nos extasiamos con la belleza del paisaje, el fresco y las maravillosas aguas del río.
Muy contentos descendemos del vehículo en la parte cercana a la playa y al momento se nos acerca una persona que dice ser empleado del “propietario” del lugar a cobrarnos. Es decir, que mientras los barahoneros por décadas respetamos las leyes sobre propiedad pública en las orillas de ríos, mares y lagunas, un italiano “compró” una parte de la orilla del río y cobra “un peaje” a quienes se estacionen en “su” terreno.
Estas cosas pasan y son del conocimiento de las autoridades municipales de Paraíso. También lo saben las autoridades de los ministerios de Turismo, Medioambiente, Interior y Policía y la Justicia de Barahona. Foto de Virgilio Gautreaux tomada en Semana Santa del 2009 Concluyendo estas notas también me entero que está proyectado construir una especie de “bancos de transformadores” o un centro de distribución de energía en las cercanías del cruce Cabral-Barahona.
Es decir, que prácticamente en la entrada de la ciudad se quiere ubicar un entramado de cables de alta tensión, circuitos, pararrayos, antenas, numerosos postes y todo tipo de infraestructura que conllevan este tipo de instalación. Eso sin duda alguna, afectará la paisajística del área, además de plantear serios conflictos ambientales. Se contempla además instalar una serie de torres que atravesarían montañas.
De seguro que ya los “desarrolladores” de este proyecto cuentan con su “licencia ambiental”, mientras que numerosos proyectos turísticos de Barahona y Pedernales duermen el sueño de los muertos en ciertos despachos del Ministerio de Medioambiente.
Ahora llegado este punto, uno se pregunta: ¿Quien defiende a Barahona? Dónde rayos están los funcionarios barahoneros? Qué dice nuestro Ayuntamiento? Están enterados nuestros legisladores de que estas cosas están pasando?
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