Sin duda alguna que en estos "TIEMPOS DE CÓLERA", nada mejor que recordar algunos paradigmas y lugares que disfrutamos hace ya varios decenios.
En las décadas de los cuarenta y los cincuenta, oprimida como una caña en un trapiche, estaba Barahona luchando por superarse. La juventud propugnado por abrirse paso entre los "elegidos" que lo copaban todo.
Una política de exclusión de las masas, trataba de concentrar en torno a una persona, la mente del país. Contrariar esta trama, requería de paradigmas alternativos.
Por eso surgían por doquier nóveles poetas que "escapaban" del cerco que tejía el régimen.
En Barahona una juventud progresista "canta" al río Birán, a Punta Inglesa, al café, la caña, la montaña, a Enriquillo, Duarte, Apolinar Perdomo, Luperón; también a la Bahía de Neya, el Yaque del Sur y a todo aquello que los alejara de las cadenas.Camino tortuoso y difícil, del cual no siempre se podían librar.
Otra vertiente liberadora, era resaltar la admiración por los valores humanos y la moral que el régimen trataba de apropiarse. Por tanto, viejos maestros, viejos veteranos de nuestras luchas libertarias, ciertos atletas y cantores, poetas populares y viejas matronas, eran objeto de esta admiración inducida.
Por eso, muchos se criaron con esos valores en medio de una atmósfera asfixiante
Personajes pintorescos, los borrachones, los alienados mentales o con defectos físicos, eran una especie de mascotas, en quienes muchos "desbordaban" sus simpatías y atención. Otros optaron por sumergirse en el alcohol, para no retornar jamás a la razón que los aplastaba. Muchos se sintieron felices de que por su "abandono" o delirium-tremens, los dejaran de lado. De esta forma se llegó a formar toda una legión de "autoinútiles". En la búsqueda de ese "mundo feliz", quedaron muchos con sus cuerpos en calles y cunetas, con el hígado destrozado, pero no vencidos. No reclutados.
En Barahona, el reloj público, la banda de música, la pelota, la radio, el Quijote, Enriquillo, la playa, el río, el puerto, la loma del Curro, el maroteo y la poesía, eran "caminos alternativos", a la adulación ilimitada que requería el régimen para autosutentarse.
Los niños de entonces-desconocedores de la situación-sin saberlo, contribuían a fortaleces estos mitos.
Esa forma de resistencia-aparentemente alienante-fue exitosa. Por eso todavía muchos tienen arraigados esos paradigmas.
Saludos
Virgilio Gautreaux P.
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