Aunque no llueva en Barahona, sus moradores están en alerta por temor a inundación. Las aguas que caen en la cordillera Central desbordan al río Yaque del Sur, dejando anegadas a las poblaciones que se ubican en la cuenca baja.
Así como bendice la tierra fértil de la provincia Barahona para la agricultura, el río Yaque del Sur también se convierte en un castigo cuando se desborda en la cuenca baja.
En la comunidad Jaquimeyes, las letrinas están elevadas a un metro del suelo.
Por la fragilidad, no se puede hoyar muy profundo porque sale agua.
Las casas de tabla de palma y techo de cana se anegan hasta la mitad en temporada de lluvias. Sus residentes apenas alcanzan a salvar su vida.
“Aquí nada más tiene que lloviznar para que esto se inunde”, dice Baldemiro Matos, quien explica que la principal actividad económica de esa comunidad es la siembra de plátano, yuca, guineo y coco.
En tanto, en el batey La Bombita hay 342 familias afectadas.
No hay calles sino callejones de tierra que exhiben los estragos de las inundaciones.
Cuartuchos frágiles de tejemaní, zinc y tabla de palma, sirven de vivienda indigna a los moradores, la mayoría haitianos que trabajan en la producción de caña de azúcar.
Leonardo Pierre Louis apunta que los mosquitos son el problema mayor ahora, pero que el temor de siempre son las inundaciones, que arrasan con todo lo que encuentran a su paso. “Necesitamos un albergue, cuando llueve nos llevan a Barahona y eso está muy lejos. De aquí a que las autoridades puedan llegar a rescatarnos sería muy tarde”, dijo Pierre Louis.
Se quejan también de una reserva de agua que el ingenio tiene para regar la siembra en tiempos de escasez, lo que provoca que se desborde y el agua llega a la comunidad.
La parte del río Yaque del Sur en la carretera que conecta a Tamayo con Uvilla deja incomunicada a una docena de localidades, hasta El Salao de Neiba; entre ellas los bateyes III, IV, V y VI, Monserrate, el Jobo y Uvilla.
La laguna del Rincón también causa estragos, sobre todo en La Q de El Peñón y en la comunidad Cristóbal, en Duvergé.
Expectativas con la presa
En la construcción de la presa de Monte Grande está la esperanza de la región para mitigar el riesgo a inundaciones y aseguran que con la obra se aprovecharían mejor los beneficios del río Yaque del Sur para la agricultura.
Además, piden que en el canal Trujillo se construya un puente y no un muro como se levanta ahora. Moradores de El Jobo y Uvilla afirman que ni el muro ni los gaviones podrán contener las fuertes corrientes del río en temporada ciclónica.
Augusto Moreta
Defensa Civil
Hace falta que se drague el río, que se haga un vertedero por la parte de Canoa, porque está muy sedimentada. Si eso se limpia, entonces se ayudará a que se aproveche mejor esa zona que es tierra fértil”.
Leonardo Pierre
La Bombita
Necesitamos mejores condiciones de vida. Una prioridad es hacernos las calles. Cuando cae el agua, toda la comunidad se inunda, no hay escape. Si se junta el agua de la reserva con el río, esto es un desastre”.
Lucas Féliz Matos
Jaquimeyes
Estamos muy preocupados porque cuando el río se mete, llega hasta la mitad de las casas. Se pierde todo y lo que se puede salvar queda podrido del agua. Esto es trágico”.
Fuente:elcaribe.com.do
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