Por las altas cumbres del Bahoruco, como voz de alerta para los compañeros dispersos, sonaba la caracola marina de Enriquillo, El indio Rebelde; Y aquel mensaje recio como el corazón del guayacán, libre como el vuelo de los pájaros, llegaba a los oídos de todos; Desde los arrecifes de las costas, hasta la profundidad de las quebradas, y todos, los de cerca y los de lejos, sabían de la guerra o de la paz, conocían el secreto peligro, la dura verdad o la esperanza.
Llego la hora.
¿la hora de queeeeeee?
la hora de los chimbilineeeesssss.
para leer mas al Respecto: RECUERDOS DE LA AMIGA DEL SUR
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