AÑORANZAS Y DESEOS UTOPICOS

Eran bellos los amaneceres. Levantarse temprano revelaba el secreto de un cuerpo joven y soñador. Compartir el café en jarro de aluminio, sentado pròximo al caliente del fogòn, a las seis de la mañana, escuchando anècdotas de viejos y risas cònsonas con el escàndalo de un carbòn chispeante, un carbòn del malo, de palo de chivo, no de guayacàn ni candelòn. Las mañanas eran siempre frescas. No habìa que esperar el invierno. El frío mañanero nos hacìa exhalar una especie de nieve al hablar. Y, entre revisar los nidos, los palomares, ver las nuevas crías y regar la siembra domèstica, los días resultaban breves y la vida màs hermosa.

Jovèn aùn, me doy cuenta lo ràpido que ha discurrido el tiempo. Mis añoranzas se remontan a lo blanco y lo negro, a las calles empedradas y al camino real sin asfalto. Añoro la sobriedad del trabajo honrado y la rutina del hombre comùn. ``El mucho saber hace daño...``, decìa mi padre. ``La civilizaciòn trae màs sombras que luces a las culturas de paz...``, añadìa. Añoro el traje dominguero para extrenarlo en los conciertos de mi pueblo, las improntas del rìo Biràn despuès de una larga sequìa, las minas de sal y yeso y las turbulencias del viejo puerto barahonero, asì como los medios comunicativos que entretenìan sin ofensas ni obscenidades. ``CAZAN EL CAZADOR, AMO DE LA SELVA...``, ``EL SUCESO DE HOY...``, con Manuel Antonio Rodrìguez (Rodriguito), ``LOS CINCO LEONES DEL CUMAJON...``, ``RAFLE, EL LADRON DE LAS MANOS DE SEDA...``, y recordar las tandas de damitas adolescentes, cada prima noche: ``SAN SARACIN DEL MONTE, SAN SARACIN CORTES, COMO YO SOY CRISTIANA... YO ME AGACHARE...``, ``ESTABA LA PAJARA PINTA SENTADA EN SU VERDE LIMON, CON EL PICO RECOGE LA RAMA Y DE LA RAMA RECOGE LA FLOR...``, ```MAMBRU SE FUE A LA GUERRA, QUE DOLOR, QUE DOLOR, QUE PENA...``.

Al amor callado, al compromiso sin ley, al personaje pintoresco y a la comida de ayer. Añoro las habichuelas verdes y la mantequilla de nata, la siembra, la esperanza y los sueños de mi casa. Siento la nostalgia del poeta, Tomàs Morel, cuando expresa: ``¡Oh maldita civilizaciòn que me està ocultando los viejos campanarios de mi pueblo...!``. Asì pensaba el autor de ``Mi Pueblo`` y ``Del Llano y de la Ciudad``.

El hombre de hoy es rico en sandeces, no importa su rango social o polìtico, el mundo està huèrfano de solemnidad y patrones claros. En esta naciòn existen doctores y licenciados al vapor que no conocen a Duarte, mucho menos a Luperòn. La plèyade de mercadòlogos y chicos computarizados no conocen aspectos elementales de nuestra historia. Vemos como la ``democracia`` mantiene en alto la mediocridad, donde el vicio, el escàndalo, las muertes y hasta la modalidad del crimen, son propios de una subcultura. El ``dominican-york``, el visado, ``la residencia`` o la ``ciudadanìa`` y los que tienen el infortunio de pagar a desaprensivos para exponer sus vidas en fràgiles embarcaciones, son los tìtulos y las acciones que han reemplazado el sentir cotidiano de una sociedad en procura de desarrollo.

El consumismo ha hecho sucumbir al hombre de vocaciòn. Usted ve buenos profesionales ``conchando`` en sus carros privados para rendir sus salarios. Hay mèdicos que completan vendiendo medicinas alternativas y convencionales. Existen sociòlogos y hasta veterinarios ``enganchados`` a nuestros cuerpos armados sin tener vocaciòn militar ni policial. El joven de hoy anda en passolitas y va con mochila a todas partes. Se recorta el pelo como preso, usa aretes, tenis como calzado. Estàn todos combinados para simular màs ronca su voz, erutar con vehemencia delante de la gente les hace creer graciosos, eligen las pelìculas diabòlicas, obscenas y nauseabunda con las que se instruyen. Se alimenta de hojuelitas y juguitos en cartòn y, cuando mejor, de ``pica pollo`` y ``yaniqueque``.

El hombre romàntico, correcto, acicalado, bien peinado, no es màs que un pariguayo en el mundo de hoy. Se incrementa la delincuencia tambièn por la falta de oportunidades dentro del ``nuevo orden``. Por aquello de que ``el que nada tiene nada vale...``, existe una juventud que, de forma prematura y en acciones fàciles, acata ese principio. El enriquecimiento ràpido, no importa por què vìa. Una juventud que no quiere asumir el papel de simple espectadora en el festìn de la vida. Para ello, emplea los recursos màs letales, aquellos que conspiran con la salud de la Patria.

Fuente:Raices y Memorias


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