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viernes, 19 de noviembre de 2010

7 razones del porqué fracasaría una invasión de zombies en Santo Domingo.

Los zombies, las míticas criaturas de terror desarrolladas por la mente de George Romero, los muertos que salen de sus tumbas a alimentarse de los vivos, los no muertos que sólo pueden ser matados destruyendo el cerebro o removiendo la cabeza. Seres que han servido para contar docenas de historias apocalípticas en similar cantidad de ciudades en todo el mundo.
zombies


Sin embargo, no debe sorprendernos el hecho de que ninguna mente haya sido capaz de imaginar un intrigante ataque de zombies en la ciudad de Santo Domingo.

Hoy,demostramos porqué, contrario a rumores infundados esparcidos por el Gobierno, de lo único que está blindado Santo Domingo, es de una invasión zombie.


7. Los cementerios.

Si en efecto, la invasión de zombies se produjera al estilo clásico con los muertos levantándose de sus tumbas, es probable que ni siquiera nos enteremos.

En los países desarrollados, donde no está de moda eso de profanar tumbas para robarle el smoking al muerto para re-venderlo, los ataúdes son tapados con muchísima tierra en terrenos grandísimos y abiertos, que hasta lindos se ven. En la eventualidad de que el muerto reviva, este tendría que romper el ataúd y remover la tierra hasta salir.
Que demonios?


En RD, el muerto podrá romper todo el ataúd y remover toda la tierra que quiera, cuando esté avanzando en su odisea hacia arriba, se va a encontrar con un muro de cemento de 6 pulgadas de grosor, puesto ahí para que no le robaran sus ropas. Y si el zombie se vuelve super zombie y rompe el cemento, se va a encontrar con barrotes de hierro puestos ahí para que no rompieran el cemento. Y si el super zombie rompe el cemento, y los barrotes de hierro se lo robaron para fundirlo en el negocio del Chino Wu, se va a encontrar con 1,000,000 de zombies apiñados en un cementerio chiquitito, que es un laberinto enredadísimo con una sola salida, al lado de un barrio lleno de gente aburrida con machetes y más que dispuestas a cortar cabezas. La invasión zombie no sobreviviría al cementerio.


6. ¿Servicios de emergencia?¿Autoridades?¿Que’seso?

En las películas de zombies ambientadas en países desarrollados, a los primeros indicios de que se ha desatado el Apocalipsis de los no muertos, la gente lo primero que hace es tratar de acudir a las autoridades. Entonces, en el medio de ese caos tratando de llegar a las comisarías, o de llamar al 911, comienzan a caer las primeras víctimas desprevenidas y concentradas en su llamada, tornando la plaga en una pandemia.
Zombie celular


En RD, donde la parte de atrás de toda camioneta es una ambulancia, donde todo ciudadano respirando es paramédico o bombero, y donde 911 era un programa de televisión donde uno se reía de las diabluras en que se metían los americanos; nadie perdería ni un segundo en llamar a dizque “las autoridades” para que una jeva te diga “esto es el Departamento de Bomberos, llame a la policía” cuando marcas a un servicio de emergencias que supuestamente es general, y cuando por fin te comunicas con la policía te digan “ya vamos” y lleguen al día siguiente. Aquí resuelve uno directamente y no pierde el tiempo en eso.


5. Un pueblo de Rambos.

En los países desarrollados se establecen altos controles de las armas, y no se puede estar andando con ellas para arriba y para abajo como si fueran un accesorio de moda. Hay altas restricciones para el porte, cero armas blancas, cero armas de fuego, y que se le zafe un tiro a uno es un papeleo grandísimo y un lío explicar el porqué disparó y todo eso, con la posibilidad de hasta caer preso. Por lo que en caso de una invasión zombie, muchos caerían rápido por tener la duda de si disparar o asegurarse primero si es verdad que lo van a atacar, para eventualmente alegar “defensa propia”.

En RD?…

En un país donde la gente se dispara hasta por un sancocho, donde todo chofer anda con un bate o un machete debajo del asiento, donde al parecer todo el mundo anda con una soga y una pala en el baúl del carro, donde hasta los bastones de seguridad del carro los convierten en un arma para palear objetivos hostiles, donde cualquier persona se fabrica su propia “arma de construcción casera”, donde la regla es “dispara y después averigua”, y donde en ausencia de todo eso, todo el mundo carga con un pote de romo malo agachao en el carro que en segundos puede convertir en un coctail Molotov. Los zombies no durarían mucho en el medio sin que un Rambo le vuele encima a tiros, palos y bombas.


4. Las calles.

Unas de las cosas que más disfruto ver en las ciudades desarrolladas afectadas por una invasión de zombies, son las calles y las aceras. Son una vaina nítida, el mundo se está acabando pero no hay ni un hoyo, ni un “levantaito” y esas aceras super espaciosas que parecen un campo de pelota de grande, con contenes perfectamente alineados con la calle. Realmente daría gusto ser un zombie persiguiendo mi próxima presa corriendo por esas calles y aceras perfectas.

RD?…

Imaginemos una horda de zombies corriendo por el puente, sellando su destino en el fondo del Ozama al no percatarse del boquete que hay en el mismo medio. O corriendo salvajemente por cualquier calle de Santo Domingo metiendo el pie en un alcantarillado abierto y desnucándose porque se robaron la tapa para fundirla y exportar el metal. O casi agarrando a su víctima en una acera estrecha solo para ser decapitado por un cable terciao’ entre un poste de luz que está en el mismo medio de la acera, que resulta estar levantada y rota por las raíces de los árboles.

Lamentablemente para nuestros amiguitos no-muertos, muchos acabarán de morirse sin que tengamos que gastar ni una bala en ellos.


3. El tránsito.

Uno de los mejores momentos para la proliferación de zombies en una ciudad desarrollada es la hora pico, ya que está todo el mundo en un tapón y aprovechan para morder sus víctimas indefensas atrapadas en sus vehículos.

A primeras luces, como en Santo Domingo hay un tapón fijo de 7 de la mañana a 8 de la noche, uno imaginaría que estaríamos todos jodidos. El asunto es que en el terreno natural de los zombies o sea, los países desarrollados, estos están acostumbrados a tapones de gente desarrollada, donde todos se ponen en filita en su carril a esperar que avance y guardando espacio prudente entre su vehículo y el resto.


RD?

Ante un tapón dominicano, donde una calle hecha para tres carriles la convierten en seis carriles, no hay mucho espacio donde un zombie podría escabullirse para comerse a una persona. Y si el zombie logra la proeza de forzar un espacito entre los carros para avanzar hasta su presa, éste encontrará su triste final en las gomas de un motorista que es más forzador que él y se lo va a llevar de encuentro en su esfuerzo de colarse alante.

2. El efecto Darwin.


Una de las cosas que suelen ocurrir en medio del Apocalipsis zombie es el colapso total de los servicios básicos, como el agua y la energía eléctrica. Forzados a manejarse en condiciones “extremas”, la gente en los países desarrollados, donde con un apagón se le mete el anarquismo y comienzan a destruir todo, éstos quedan fuera de su elemento frente a los zombies, y terminan debilitados en su capacidad de defensa al caer la oscuridad.

En RD nunca hay luz, por lo que uno ya está como los gatos y puede encontrar llaves, celulares, alfileres, pinchos, palos, armas, cuchillos y hasta jugar basketball y pelota en total oscuridad. Nuestra capacidad de visión “a lo oscuro” nos da una ventaja sobre los zombies en la noche. Así, mientras estos dan tumbos como si estuvieran borrachos en el medio de lo oscuro, nosotros con nuestra visión nocturna adquirida por la evolución, podemos maniobrar hasta estar detrás del pobre zombie con un machete. Lo “oscuro” aceleraría la extinción de la raza zombie en Santo Domingo.

Cualquier cosa le “chubamos” los AMET y los policías.


Fuente: www.kedificil.com


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