Por: Luis Lopez
Después de la odisea pasada en el quehacer higienizante de las prendas de vestir, nuestras queridas damas iban tendiendo las ropas en las gramas a orilla del río, porque ese lindo trabajo era de un día entero, muchas de las menos diestras en el lavado a mano terminaban con ellas peladas.
Al otro día después del lavado y secado al candente Sol, tocaba el planchado, una plancha de metal conectada a un Fogón de Leña o a un Anafe de Carbón, que en algunas ocasiones era a pleno Sol, u otra Plancha de Vapor, que era una Plancha donde se le levantaba la parte de arriba al igual que el bonete de un carro, se le introducía carbón encendido después de un rato que la Plancha se calentaba la dama pasaba esta Plancha por un trapo encerado para luego iniciar la faena, esto de pasar tela encerada a ambas planchas para mantenerla limpia y lubricada y no ensucie la ropa, porque si aparecia una manchita en una prenda la planchadora se ganaba un garrotazo.
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martes, 23 de noviembre de 2010
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RUTINA DE NUESTRAS VIEJAS, CUANDO ERAN JOVENES II
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