REAFIRMACIÓN BARAHONERA-1

POR VIRGILIO GAUTREAUX P.

El lunes 25 de Octubre de este 2010 aproveché que el Dr Wilson Gómez Ramírez tenía un compromiso en la ciudad de Barahona y “me colé” pues ya tenía varios meses que no la visitaba y se me “estaba venciendo la visa”. En el trayecto vimos unas hermosas yucas y racimos de plátanos barahoneros, los cuales compramos al regreso, para consumirlos sancochados, en mangú, en arepitas, acompañados de un buen aguacate sureño.


Al arribar a la ciudad, se realizó la principal diligencia objeto del viaje. Posteriormente, realizamos una visita al edificio que aloja “Empresas Radiofónicas”, del distinguido barahonerista, Don Rodolfo Lama, donde fuimos gentilmente atendidos mientras recorríamos las instalaciones observando como funcionaban varias radioemisoras. Luego visitamos el museo donde se conservan valiosos equipos, discos, así como múltiples galardones obtenidos por el consorcio.

Más adelante, luego de un breve recorrido por el centro de la ciudad, fuimos al PARQUE TEMÁTICO donde pudimos apreciar la riqueza cultural que encierra esta magna obra, concebida por el Ingeniero barahonero, Tomás Tezanos. En este lugar, es mucho lo que aprenden niños, adolescentes y mayores. Yo mismo nunca había ingresado y quedé gratamente sorprendido por la ingeniosidad del lugar. De seguro éste será uno de los puntos focales cuando el año que viene Barahona sea la sede de la Feria Regional del Libro. Todo visitante o amistad que llevemos a Barahona, debe ser llevada a este PARQUE TEMÁTICO.



Es imposible ir a Barahona y no visitar al hermano desarrollista Julio Vargas, el cual saludamos brevemente en su consultorio.
Luego-acompañado de Wilson-me dediqué a tomar varias fotos de mi querida Barahona, desde diferentes perspectivas. Debido a que soy un aficionado “amateur”, no me he leído el manual de mi cámara, razón por la cual me fallan muchas fotos. Además por mi manía de querer colocar muchas imágenes debo comprimir y “achatar” algunas fotos.

Como siempre, es difícil sustraerse del verde-azul barahonero. Del sonido dulcemente rugiente de su mar. Tampoco puede ignorase la bahia de Neyba, que a pesar de su belleza, es poco recorrida por los barahoneros. La gente de Jaquimeyes, está utilizando ampliamente las playas y disfrutan de lo lindo las hermosas aguas, recorriendo los balnearios en diferentes tipo de embarcaciones.

Para nosotros los barahoneros es motivo de profundo disfrute, contemplar la “Loma del Curro”. Imponente, altiva y boscosa, constituye un verdadero escudo contra cualquier ciclón que transite por el mar Caribe. Por centurias fue un verdadero refugio donde escapar de las inclemencias del tiempo. Crónicas de los primeros europeos, así lo destacan.
En las fotos que tomé ese día, el Curro se asemeja a un gigantesco cocodrilo.

Sin embargo, en esta foto tomada desde el centro regional universitario en construcción, la loma parece una gran ballena. Esa es su riqueza paisajística.

Frente a la “Loma del Curro” y de espaldas a la estribación de la Sierra de Bahoruco, tenemos una ciudad-que dentro de sus grandes limitaciones-crece en todas direcciones, a la vez que se trepa en las montañas. Siempre se ha escuchado hablar de “planeación urbana”, avenida de circunvalación, saneamiento, ordenamiento territorial, etc, pero mientras tanto, ejércitos de “padres de familia” y tígueres de la peor calaña, se están apropiando de terrenos de la comunidad.

Ojalá que ahora que no hay campaña electoral, las autoridades, hagan algo, es decir que hagan cumplir la ley. O dicho de otro modo, que trabajen en aquello para lo que se les paga.

También desde el Centro Universitario en construcción tomé otra foto de “nuestro” litoral costero poblado de manglares, desde el Hotel Guarocuya, hasta llegar a la “playa pública” de Las Saladillas, donde se observan algunos cocales.

Sería interesante que alguna autoridad barahonera prendiera un GREADER o un GALLION y arrancara desde una de las dos carreteras que están en ambos extremos de esta playa y limpiaran los 60 metros que por ley corresponden al pueblo dominicano en general, y a los habitantes de Barahona en particular. Se trata de una franja de terreno que legalmente pertenece a la comunidad barahonera. Para realizar esto no hay que esperar permisos desde la capital. Por supuesto, las autoridades (civiles, militares y policiales) velarían para que los avivatos y el tigueraje, no se apropien este patrimonio. En adición, la seguridad de los visitantes a este lugar, debe estar garantizada.
Al visitar la playa cerca del Guarocuya, vimos el diario trajinar de pescadores y mujeres que laboran arduamente para llevar el sustento a sus familias. Desde tempranas horas unos se tiran a la mar, mientras las mujeres en tierra preparan los fogones para más adelante vender moro, “pecao con coco”, aguacate y guineíto sancochao.

Al poco rato se nos acercó uno que no le gusta hacer el trabajo de pescadores y cocineras, ofertando “artesanías” a buen precio.


Concluída la agenda del día, procedimos a enrumbarnos hacia la capital, mientras observábamos una fila de hermosas matas de caoba que parecían despedirnos. Al final-majestuoso-se yergue el Arco de Triunfo.