Querido amigo Teuddy:
He leído la reacción de algunos hermanos por mi denuncia enviada a ese medio noticioso; respeto su opinión y "sus ideas", pero no las comparto; lo que si veo es mucho odio, y me da pena su actitud de ir contra el trabajo que hacen los sacerdotes y la Iglesia Católica, buscando desviar o anular la denuncia, que responsablemente he lanzado, no buscando dañar a nadie en particular, y, menos aún, ahuyentar el “capital extranjero invertido en la zona”, como expresan, sobre todo si sus trabajos van en procura del desarrollo de la región y el bienestar de sus gentes.
Y para su memoria histórica, cabe decir, humildemente, que aunque hay sombras, en la Iglesia y nosotros los sacerdotes, pues somos humanos, son más las luces que podemos exhibir en pro de la región, el país y la humanidad. Más que cualquiera de ellos. Pero no quiero polemizar. “La verdad, aunque sea en unos pocos, siempre es la verdad”.
Ciertamente reconozco el esfuerzo grande que realiza el CAC, a través de sus ejecutivos, para mejorar las condiciones paupérrimas e inhumanas de los braceros haitianos, inmigrantes y nacionales en los bateyes y los campos cañeros; situaciones heredadas por malas administraciones y malos gobiernos.
Pero, lo que indigna, nos indignó y nos indignará, o lo que nos "molestó", para usar un término referido a mí y a mi llamado de atención a la situación de "las quemas de las cañas", es enterarse de noticia como la leída ayer en ese medio, en el sentido de que: “el CAC recibirá de Medio Ambiente una licencia ambiental por el trabajo que realiza en esa área”.
Eso es como una burla a la gente, a Villa Central, a Los Blocks, a Nuevo Amparo, a Las Salinas, al Bo. Juan Pablo Duarte, Los Solares de Milton, Bo. Palmarito, a Barahona mismo, a los Bateyes y a todos nosotros los de los alrededores de La Pista a Santo Domingo.
Pues bien saben ustedes, como lo sabemos nosotros, el daño que viene ocasionando el CAC al medio ambiente, no solo con la quema de caña, la polvareda constante que contagia la atmósfera y ocasiona daños a los pulmones, el deterioro de nuestras calles y carreteras con sus maquinarias pesadas, el hedor de su lodo podrido esparcido por la ciudad y las vías de transitar, el envenenamiento de nuestro campos agrícolas, plátanos , tomates, melones y otros productos, por su fumigación aérea de los campos cañeros.
Es todo esto, como la actitud pasiva de todos nosotros y el no hacer nada para mejorar esa situación que dañas a nuestros conciudadanos, nuestra indiferencia, lo que indigna o molesta.
Es el grito desesperado, en el “desierto”, de los pobladores del área cañera y aledaña, abandonados a su suerte, y nuestro silencio cómplice, lo que nos molesta. Mientras que, al que en parte es culpable de tal situación, lo reconocemos y le damos certificados, realzamos sus bonanzas y bondades hipócritas, para que sigan haciendo sangrar a los intrusos hasta que desaparezcan del camino que estropea su enriquecimiento y progreso.
Seguimos salvando a Barrabás y mandando a la cruz, a la muerte, a Cristo.
Son las venas sangrantes de Cristo en los pobres, los marginados. Son esos ecos, gritos de impotencia, dolor, sufrimiento, enfermedad, muerte… los que nos molestan… y ver que no hay dolientes, amigos, hermanos, cirineos, que les extienda las manos, ya que están ocupadas en aplaudir, alabar y exaltar la gloria del Emperador. Sus mentes, sus plumas, están ocupadas en dar reconocimiento a las hazañas del Jefe, del que paga y paga mejor.
Quiero señalar que no tengo nada personal contra el CAC, y lo que señalo de ellos, en otra forma se vive con Blocks Khoury, el Puerto de Sal y Yeso, La Zona Franca de Barahona, el Matadero Municipal de Barahona, que contaminan el medio ambiente, y seguimos como si nada pasara.
Espero que Medio Ambiente cumpla con su rol, antes de certificar.
Unido a la verdad!
Rvdo. P. Manuel Hidalgo.
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